Esta experiencia toca su fin, y reflexionando alrededor de los canales de esta bella ciudad que se ha convertido en mi hogar durante 5 meses, me doy cuenta de que Gante es la ciudad del placer.
El olor a mantequilla del aire🌬, la puesta de sol🌅 reflejada en el agua, la melodía de su campanario🔔, la simpatía de su gente🧓🏻, el arte🎨 de sus calles o el sabor de sus gofres🤤, son algunas de las cosas que convierten a este rincón del mundo en un refugio especial.
Y hablando de olores, sabores y gofres, os traigo la despedida☹️del manjar divino, ese que ha ocupado lugar en mi corazón❤️ y en más de uno de mis post.
¡Cómo no iba a despedirme del arte de comer!
Mi última cata tiene como protagonista un negocio de lo más particular en pleno centro de la ciudad, iluminado, como si de elemento celestial se tratase, y desprendiendo, como elemento celestial que es, un riquísimo olor a caramelo🍯, fresas🍓 y chocolate🍫.
Les presento a los maestros de la Cuisine à Porter,
🥞FETCH🥞
Ese restaurante, y ahora, gofrería ambulante, que atrae las bocas de todos aquellos que bajamos a disfrutar del espectáculo que es Gante de noche🌃, siendo sus gofres la guinda del pastel.
¡Y qué guinda🍒, amigos!
Aunque mi debilidad siempre será la especialidad chocolateada, su receta secreta de caramelo🍬, que envuelve la masa como si fuera un auténtico regalo dulce🎁, es la estrella de su carta y principal reclamo.
Además, no son solo los ingredientes los que hacen de estos gofres algo tan irresistible, si no también la elaboración artesana🥣de los mismos, estando tu desayuno, postre o merienda desprendiendo el calor y el amor de una delicia recién hecha🌟.
Ya veis lectores que la especialidad de la casa gantesa nunca defrauda y siempre sorprende🤩 por lo que cuando vengáis a visitar este dulce lugar, no os olvidéis de tomaros un buen gofre a mi salud, porque siempre nos quedará el último bocado.
Besos de azúcar,
Rosa Bleda💛