En anteriores posts, os he ido hablando de algunos lugares que visité en Amberes. Lo cierto es que antes de ir planifiqué con detalle mi excursión para que no me quedase nada esencial por ver. Aun así, Flandes no deja de sorprenderme, y es que siempre hay rincones interesantes menos conocidos en los que adentrarse.
Siguiendo mi recorrido preestablecido, entre Sint-Jacobskerk y Sint-Carolus Borromeuskerk, me fijé en un pequeño callejón con el letrero “Sint-Nicolaas Plaats”, así que no pude resistirme a entrar a curiosear.
Esta pequeña y encantadora plaza está rodeada de antiguas casas de ladrillo y piedra arenisca y de la capilla de San Nicolás. Fue fundada en 1422 con la finalidad de atender a los más necesitados, ancianos o enfermos. Un año más tarde, en 1423, se dedicó a San Nicolás, patrón del gremio de los merseniers(zapateros, sastres, hojalateros y tenderos), de quién hay una estatua en el centro de la plaza.
Desde los inicios de la dominación francesa hasta 1842, la casa de culto sirvió de alojamiento para ancianos e indigentes. Tras permanecer cerrada durante un periodo en el que se usó como almacén de alfombras, la capilla fue restaurada por completo. Una vez completada su renovación en 1968, el teatro de marionetas Van Campen se trasladó a la capilla.
Saludos,
Mónica