Una de las cosas que he aprendido estos meses haciendo turismo por Flandes, ha sido acerca de las comunidades de beguinas. En muchas ciudades a las que vayas de la zona escucharás hablar sobre ellas, pero ¿quiénes eran?
Las beguinas eran las miembros integrantes de un beguinaje, podríamos trasladarlo a comunidad. Y es que, no era más que eso, una comunidad de mujeres solteras o viudas que creaban su propio “ecosistema”. Puede que con esta descripción pensemos que era algo parecido a un convento, pero nada de eso, estas comunidades eran completamente laicas.
Cuando pedí recomendaciones a mi amigo de allí para visitar Lovaina, me dijo que tenía que alejarme de la “zona turista” y visitar lugares que, a veces, se quedan olvidados. Este era el caso del pequeño beguinaje de Lovaina.
Alejarse del centro en Lovaina no supone andar más de 15 minutos, pues todo está realmente cerca. Pero sí que notarás que las calles comienzan a ser más residenciales y que hay una paz que inunda el ambiente.
Junto al río Dijle, encontrarás una imponente iglesia, Sint-Geertruikerk, rodeada de unos jardines preciosos que no puedes dejar de verlos. Detrás de la iglesia comienza el pequeño beguinaje de la ciudad.
Data del siglo XIII, y aunque hoy en día son casas de particulares, sigue siendo espectacularmente bonito. Te encontrarás tres callecitas junto al río llenas de casas blancas que te transportarán a otra época.
Te invito que cojas un libro y tras haber dado tu paseo y visitado la iglesia, quédate en el jardín de esta leyendo entre los árboles. Serás como un auténtico lovaniense.
Tras haber leído este post espero que hayáis sacado dos cosas en claro. La primera, que hay que salirse del recorrido turístico establecido si queremos encontrar cosas diferentes. La segunda, que preguntes siempre a locales, nadie mejor que ellos para darte consejos sobre su ciudad.
Hasta muy pronto,
María