Hola querido lector,
La última vez que fui a Amberes visité el Museo Mayer van den Bergh. Y al salir descubrí que justo al lado estaba el Museo Maagdenhuis, que en castellano sería la Casa de las Doncellas. Un edificio que merece parada para admirar su fachada. Es de estilo flamenco y data del siglo XVI, y hay que fijarse en el detalle del pórtico. El cual fue diseñado probablemente por Cornelis Floris de Vriendt, y representa a un grupo de niñas huerfanas y el maestro que las lleva al orfanato.
La Casa de las Doncellas comenzó con su labor en 1552 y durante más de 200 años sirvió a la comunidad cuidando de niñas huérfanas y dándoles una educación. Por su gran obra, estos establecimientos solían recibir obras de arte a modo de obsequio o de herencias de ricos benefactores. Con el paso del tiempo consiguieron reunir un notable número de piezas, así que en 1884 este orfanato se convirtió en museo.
A día de hoy, puedes visitar el edificio para ver las grandes obras que alberga o a descubrir la vida de aquellas niñas. Se conserva una gran colección de objetos y vestimenta que le dejan a uno dejarse llevar y viajar siglos atrás.
Este lugar formó parte de la exposición P.LACE.S del MoMu de Amberes, sobre la historia del encaje y su importancia en la ciudad flamenca. La ubicación no se debe a una coincidencia, sino a que en Maagdenhuis las niñas aprendían a bordar y a tejer los encajes. Por lo que, sin saberlo, ellas fueron grandes protagonistas de esta historia.
Cuando visito estos lugares rebosantes de historia, me encantaría tener la oportunidad de ver por una rendija como eran en aquellos tiempos de verdad. Ver como vivían aquellas niñas. Niñas que siempre serán recordadas, porque todos sus nombres se conservan en la Casa de Doncellas. Y allí permanecerán, para siempre.
Celia.