¡Hola queridos lectores!
Un sentimiento de nostalgia me invade al escribir este post… Y es que este es mi 65º artículo, y por tanto mi artículo de despedida. Durante estos últimos 5 meses me he dedicado (en parte) a conocer Flandes a fondo, a empaparme de su cultura, su historia y de cada museo y cada exposición que me llamaba la atención. Y, sin duda, vosotros habéis sido mis aliados. Me habéis acompañado a lo largo de todo este camino, al igual que a partir de ahora acompañaréis a los próximos cinco corresponsales que nos sustituirán.
Por lo menos, no todo es tristeza, ya que aún me quedan unos meses en Bruselas donde (aunque no os informaré sobre ello) continuaré conociendo cada rincón. Y, ¡quién sabe si alargaré mi estancia y buscaré trabajo aquí!
¿Merece la pena, bajo mi punto de vista, la experiencia Erasmus? Sí y mil veces sí. Debería ser obligatorio para todos los estudiantes. Conocer nuevas culturas, gente nueva, viajar, salir…Una experiencia totalmente enriquecedora que os abrirá un nuevo mundo y con la que os conoceréis aún mejor a vosotros mismos.
¿Es Flandes un buen destino Erasmus? Lo es. Su arquitectura, su historia, lo mucho que promueven el arte, la facilidad que ofrece para viajar por el país y a otros países, sus cervezas, sus gofres y sus patatas fritas son solo los primeros motivos que me vienen a la mente para animaros a venir, ya sea de visita o para una estancia más larga.
Si venís a Flandes el curso que viene y os estáis planteando solicitar el puesto como corresponsal, mi respuesta es, sin dudarlo, que lo hagáis. Tengo que admitir que no estaba segura de sí conseguiría el puesto como corresponsal de arte o de si podría desempeñar bien mi papel como los anteriores blogueros. Pero, dejé el nervio y la incertidumbre de lado y valió la pena. Soy totalmente consciente de que gracias a esta oportunidad he conocido muchos más lugares, artistas e historias de Flandes que no hubiese conocido sin ser corresponsal.
Gracias de nuevo por acompañarme en esta experiencia.
Un fuerte abrazo a todos,