RCR es una firma de arquitectos que siempre me ha gustado, y buscando edificios suyos en Bélgica, encontré el Crematorio Hofheide. Decidí visitarlo, y ha sido una de mis mejores experiencias viendo arquitectura, en este post os explico por qué.
El característico paisaje flamenco, exento de accidentes geográficos, da lugar a una vista infinita desde cualquier lugar. La arquitectura que se construye allí tiene gran importancia, conecta con el horizonte. En concreto en Hofheide, donde se localiza el crematorio, se forma una cuenca pantanosa. En ella, el edificio aparece y fortalece el paisaje, vinculándose con la naturaleza.
El edificio principal se trata de una pieza alargada que potencia la horizontalidad del paisaje. Se compone de una fachada de hormigón visto cubierta con una piel de acero corten que genera una sombra en el perímetro. Está rodeado de un lago que, aunque se adapta al paisaje, en ciertos puntos se recorta por unos caminos rectos de hormigón que permiten el paseo por el complejo. El edificio está organizado en una serie de cajas con su propios sistemas de circulación, dejando los espacios técnicos en el sótano y los de reunión el la planta baja.
Caminar alrededor del edificio es una experiencia. Invita a la reflexión, conexión con la naturaleza y el paisaje. Es una oportunidad para descubrir arquitectura contemporánea de calidad, os recomiendo hacerle una visita. Para llegar, debéis ir a la ciudad de Aarschot en tren y caminar unos 40 minutos hasta allí.