Me declaro fan de la mostaza: pocas son las mostazas que he probado y no me hayan gustado. Cuando me enteré de la existencia de una pequeña tienda de mostaza en pleno centro de Gante, me decidí a ir a probarla. Al fin y al cabo, ha sido alabada por todo internet y los ciudadanos de Gante hablan de este lugar con orgullo.
Se trata de Tierenteyn-Verlent y lleva fabricando su mostaza en Flandes desde 1790. Originalmente los granos se molían a mano, lo que hacía de este producto algo accesible sólo para los más ricos de Gante. Aunque actualmente el proceso está automatizado, el producto resultante sigue siendo de igual o de mejor calidad.
Como podéis ver en la imagen, una media luna es el logo de la tienda. La historia cuenta que la colocaron en la puerta de manera que fuese reconocible por la gente al pasar. Así, como la mayoría de la gente de la época no sabía leer, era sencillo identificar la tienda y pasar a comprar.
Al entrar por la puerta se nota que es un lugar con muchos años de historia. Dentro de la tienda puedes elegir el tamaño de frasco que desees y el dependiente te lo llenará de mostaza. La tienda es pequeña y está abarrotada de turistas y lugareños. La mostaza se fabrica sin conservantes añadidos, ya que la fábrica se encuentra en el sótano del edificio. En consecuencia, el producto no tiene una larga vida útil; aguanta en la nevera aproximadamente unos seis meses.
Ahora lo verdaderamente importante, ¿a qué sabe esta mostaza? Para mí, es muy parecida y diferente a la mostaza Dijon. Y es que precisamente esto es lo que hace tan especial a esta mostaza: nunca habrás probado una igual. A mí me gusta bastante utilizarla como adobo para las carnes, ¡queda increíble!
No realizan envíos. Así que, si estás en Gante, pásate por la tienda y no pierdas la oportunidad. Incluso si no eres un fanático de la mostaza, debes probar este sabor tan distintivo que forma parte de la historia de Gante. Si aun así no os convence, también tienen otros productos como mermelada, chocolate y vinagre.