A finales de septiembre tuvo lugar la inauguración del museo Red Star Line, del cual ya os hablé en un post anterior. Sin embargo, ahora me gustaría enseñároslo por dentro.Como ya os conté, si eres menor de 26 años tan solo cuesta 1€ y 6€ a partir de los 26.Al entrar, se encuentra un mostrador donde comprar las entradas y la tienda del museo donde se vende todo tipo de artículos; también tienes acceso a la cafetería del museo, a la azotea y a las exposiciones temporales pero si quiere ir más allá llega el momento de comprar la entrada.

Un recorrido por el museo
Comenzamos el recorrido con la historia de los primeros comienzos de la compañía naviera (1). Continuamos por la siguiente zona donde trata la migración de todos los tiempos, con testimonios de gente de todo el mundo. Además en el centro se encuentra una esfera rodeada de pantallas que muestran imágenes relacionadas con este fenómeno (2).
Más adelante encontramos testimonios reales (3). La siguiente sección es la salida (4) donde podemos ver el equipaje que transportaban los viajeros junto a otros datos de interés como cartas o cómo se compraba el billete.
Después (5) nos subimos al tren para rememorar los viajes que personas de todo el mundo hacían para llegar a Amberes y poder viajar al nuevo mundo. Más adelante (6) muestra cómo era la estancia de estos emigrantes en Amberes: dónde alojarse, sus primeras impresiones en la ciudad o incluso las cartas de queja de los vecinos por los ruidos que provocaban los emigrantes en las calles.
Para finalizar este piso (7), llegamos a la fase de las duchas y la desinfección.La regulación sanitaria norteamericana exigía que se comprobara que los pasajeros de tercera no tuvieran ningún tipo de enfermedad. Se trataba de una dura experiencia supervisada de una hora con agua a 38°C y utilizando vinagre caliente y benceno. También se desinfectaban sus ropas y objetos personales.
Ya en la segunda planta, comenzamos con la visita al médico que certificaba la salud del pasajero (8). Al llegar a Norteamérica, se les volvía a hacer otro examen, si no lo pasaban eran devuelto a Amberes y la compañía naviera era la encargada de pagar el billete de vuelta. Después hay una pasarela que recrea la embarcación y nos lleva a reconstruir la vida a bordo (9 y 10).
Podemos ver cómo eran los barcos por dentro y la gran diferencia de vida a bordo de aquellos que viajaban en primera clase y aquellos que eran de tercera. Para éstos últimos la llegada a Ellis Island significaba otro agotador examen médico y procesos administrativos (11) (alrededor de un 2% de los emigrantes eran rechazados). Continuamos con la realización del sueño americano (12), algunos de los inmigrantes que llegaron a Nueva York pudieron cumplir su sueño, aunque no todos tuvieron la misma suerte.
Ya casi en el final de nuestro viaje nos muestra las historias de inmigrantes actuales en Amberes (13) y el continuo papel de migración de la ciudad. Este tema se reafirma mediante un vídeo del artista flamenco Hans Op de Beeck (15). No os puedo enseñar el vídeo, pero sí el making of.
El espacio final, contiene un archivo con una base de datos de unos 100 000 documentos de Belgas que dejaron el Norte y el Sur de América. Además había una pantalla que te echaba una foto de tu cara y te la ponía en un cuerpo de un emigrante como si fueras tu uno más y luego te enviaban la animación a tu correo ¡muy divertido! Por supuesto no te puedes ir del museo sin subir la torre desde la que se recrean las vistas que tenían los pasajeros desde la cubierta del barco.
Aquí os dejo la galería con todas las imágenes: