Uno de los atributos más populares que tiene Bélgica, es su gran potencial a la hora de elaborar cervezas. Esta atributo no es casualidad… Los belgas y la cerveza tienen una relación de amor milenaria, procedente de sus monasterios, donde los monjes, grandes fanáticos del zumo de cebada llevan años innovando y elaborando su bebida favorita. Pero la magia de la cerveza belga no procede únicamente de las manos de los monjes que tuestan la cebada, mezclan los productos y fermentan la cerveza. La magia empieza en Poperinge, productor del lúpulo de la cerveza belga por excelencia.
(fuente: Hopmuseum Poperinge)
Poperinge es un municipio fronterizo con Francia donde viven unas 20.000 personas y es conocida como la ciudad del lúpulo ya que en esta pequeña ciudad se cultiva el 90% de todo el lúpulo plantado en Bélgica. No es casualidad que la ciudad albergue el museo nacional del lúpulo, donde se explica el origen de esta planta que le da ese toque amargo a la cerveza y donde se puede visitar una colección de 2400 botellas de cerveza belga, 500 de las cuales usan el lúpulo cultivado en Poperinge.
Por otra parte, Poperinge cuenta con otras atracciones turísticas, como la iglesia de Sint-Bertinuskerk, considerada una de las iglesias más bonitas de Flandes en la época medieval o el Lijssenthoek Military Cemetery, el segundo cementerio militar de la Commonwealth más grande de Bélgica.
Si vais a Ypres o a Kortrijk, no dejéis de visitar la zona. Poperinge compensa.
1 comentarios
Es una gran cosa tener una gran cultura general y diversa, grandes y bonitas construcciones del estilos y época medieval