El destino quiso que mi habitación estuviera orientada hacia el este, por lo que tengo la suerte de que los primeros rayos de sol alumbran (y de momento no, pero calentarán) todo mi cuarto. Esto puede ser un inconveniente cuando el propósito es dormir largo y tendido, pero hoy, no era esa mi intención.
Nada más despertarme por la claridad de mi cuarto y mirar por la ventana, he decidido que era un día perfecto para salir a hacer senderismo y explorar un poquito más este entorno maravilloso del que disponemos. Y como no, poder hacer que vosotros y vosotras lo conozcáis un poquito más.
Pues bien, después de desayunar me puse en marcha hacia el sur de Hasselt. El paseo comienza en la parada de tren, la que hay que atravesar y coger el camino hacia el oeste. La primera parte transcurre entre viviendas unifamiliares y urbanizaciones, pero pronto nos adentramos en el campo.
Durante el trayecto, nos encontramos con miradores para ver la fauna, campos de trigo y lo que, después de varias investigaciones, concluí en que eran plantaciones de kiwi verticales.
Gracias al buen tiempo y el buen paisaje, pude disfrutar de una tranquila y armoniosa mañana, que fue tan fácil de conseguir como salir un par de kilómetros del centro de la ciudad.
Os dejo un video con partes del trayecto, ¡Espero que os guste!
Un saludo,
Iñaki Balier.🤟