Aunque puede que no os lo creáis, unas de las cosas que más ilusión me hacía antes de comenzar mi Erasmus era ver caer la nieve del cielo. No sé desde dónde me leéis pero en mi ciudad, Córdoba, no recuerdo haber visto nevar en mi vida.
Así que, podéis imaginaros mi cara cuando, de repente, vi como unas bolitas de algodón volaban sutilmente desde muy muy arriba hacia abajo. Yo estaba en la cocina de mi residencia con un par de amigos, entonces, me levanté de la silla y me acerqué al gran ventanal. Después de unos segundos mirando a través del cristal salí corriendo cual niña pequeña por el pasillo llamando a las puertas de todos mis compañeros de la planta.
Al cabo de un rato estábamos todos juntos delante de ese ventanal admirando cómo llegaba la primera nevada del año y, a pesar de que nadie se diera cuenta, me emocioné al pensar que aquella también era la primera vez que yo veía caer la nieve desde el cielo.
Aquel día el tiempo fue muy inhóspito, pero hoy, tras tres días de muchísimo frío, Gante se ha despertado con un cielo completamente despejado y brillante enamorándome una vez más. Esta ciudad es preciosa y está consiguiendo que, aun con la situación que nos rodea, mi Erasmus esté siendo increíble.
Tenéis que venir a verla, de mientras os dejo unas cuantas fotos más para que vosotros también disfrutéis de ella.
Teresa Jiménez
2 comentarios
Guau!!!!! Me han entrado ganas de coger un avión y plantarme en Gante. Preciosas fotos!!!
¡Es lo que tienes que hacer tan pronto como puedas! ¡Muchas gracias! 😉