«Es 31 de octubre de 1953. Todos los vecinos se han reunido en la sala de estar de la casa de al lado y la tradición de celebrar Halloween aun no ha llegado a Bélgica. Los vecinos en cuestión han sido los primeros en contar en sus casas con un televisor, el nuevo invento del que la gente ha estado hablando desde hace semanas. Unas curiosas imágenes en movimiento metidas en una pantalla…¿cómo será eso posible? Son las siete y media y la televisión esta en silencio. Una mujer en blanco y negro aparece en la pantalla y nos da la bienvenida. Comienza una comedia: «Three Dozen Red Roses» protagonizada por Paula Sémer. Todos estamos inmersos en la pantalla…»
Esta es una de las tantas narraciones de la vida cotidiana del siglo pasado que se pueden leer en la llamada casa de Alijn en Gante, situada en Kraanlei.
El museo trata de mostrar al público de una forma tan original, como cercana, realista y didáctica cómo era el día a día de una persona de clase media durante el siglo XX.
El recorrido por el museo se inicia en el interior del edificio, en el ala izquierda, donde una extensa colección de objetos personales, montajes audiovisuales, textos escritos a mano y muchos otros recuerdos del no tan lejano siglo XX tratan de explicar cómo se llevaba a cabo en este periodo el conocido como «reclutamiento militar» y la selección de aquellos que estarían al servicio del ejército belga. Los textos de las diferentes salas nos cuentan todos los aspectos relacionados con este proceso: métodos, castigos, leyes relacionadas con el mismo, servicios, y muchos otros interesantes datos sobre la historia militar belga.
El periplo por la Bélgica moderna continua por el ala opuesta, donde una imagen más alegre de la vida cotidiana se nos presenta a través de juguetes típicos de la época, objetos habituales del hogar y demás.
Ambas salas se organizan alrededor de un encantador patio que de termina por cerrar con la cafetería-restaurante del museo, donde os recomiendo muchísimo ir cuando terminéis este maravilloso viaje al pasado.
Además, visitar este museo solo cuesta 2 euros para los estudiantes.
¡Nos leemos!