Este itinerario se ha convertido en uno de mis imprescindibles en Bruselas. El tranvía 44 comienza su recorrido en Montgomery, muy cerca del Parque del Cincuentenario. Conforme se aleja de la ciudad, comienza a adentrarse en el bosque de Tervuren, uno de los pulmones que oxigena la capital Belga. El trayecto llega a su fin con destino el Real Museo del África Central.
Esta joya arquitectónica, quizá no tan conocida ni visitada como otros museos del centro de la ciudad, alberga una apasionante colección de animales traídos a Europa allá por el 1898. Elefantes del Congo, leones y jirafas vigilan impasibles a los visitantes. No te olvides de visitar los sótanos, donde cientos y cientos de animales descansan apilados. Tómate tu tiempo, observa su anatomía. Sigue adelante.
Es un museo con encanto, de esos que huyen de vitrinas intensamente iluminadas y espacios minimalistas. Tiene planes de renovación para finales de este año, así que conviene visitarlo ahora para tener en la retina como era antes. El museo del África Central huele a historia, saber hacer y conocimiento. Y eso impresiona. Casi tanto como la belleza del edificio que se admira desde el exterior, ligada al Rey Leopoldo II de Bélgica y su convicción de promover la antigua colonia del Congo en Bélgica.
Rodeado de unos impresionantes jardines, la visita no se contempla sin perderse por los senderos que parten desde el museo hacia el interior del bosque. Para volver, basta con dirigirse a la estación del tranvía 44. Billete de vuelta a Europa.
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[…] en el Forêt de Soignes o Zoniënwoud y allí nos plantamos sin pensarlo dos veces. Cogimos el tram 44 desde la estación de metro de Montgomery y nos bajamos, literalmente, en medio del […]