¡Hola a todxs! Espero que hayáis pasado buen fin de semana, que os encontréis con las pilas totalmente recargadas para volver a la carga esta semana.
Me apetece mucho contaros mi plan de domingo tarde, que enlaza también con la naturaleza y con el hilo conductor que os prometí que llevaría a cabo esta semana debido al pasado día 5 de junio, día mundial del Medio Ambiente.
Hoy tomamos nuestras bicicletas con el objetivo de despejarnos un poco de tanto estudiar y trabajar e ir a pasar un rato a Arenberg. Pero decidimos continuar un poco más hacia delante, dejando el castillo justo a nuestra espalda, y la verdad que la sorpresa no pudo llegar a ser más grata.
Nos encontramos con un camino rodeado de bosque, en el que los árboles nos creaban un gran techo mientras nosotras pedaleábamos justo debajo. En una primera parada encontramos un pequeño mirador de madera, el cual ofrecía unas vistas preciosas a un lago, donde podías ver a los patitos y sus familias nadar tan ricamente.
Continuamos nuestro pequeño paseo y nos encontramos grandes campos, donde había desde vacas, hasta toros, pasando por gallinas y caballos. Todos ahí libremente pastando, comiendo y descansando en el bonito verde del campo.
Me imagino que os preguntaréis el lugar al que me refiero ¿no? Pues se trata nada más ni nada menos del bosque de Meerdaal y el bosque de Heverlee, los cuales recorren todo el valle del Dyle.
Allí podías encontrar desde familias paseando, hasta personas haciendo rutas, pasando por todas aquellas que se acercaban a hacer un poco de deporte.
La desconexión fue inmejorable. Me encanta que Lovaina me siga sorprendiendo tan para bien, a pesar del tiempo que ya he vivido aquí.
Os animo a que os paséis con la bici o simplemente yendo a dar un paseo. ¡Nos vemos en el próximo post! ¡Feliz semana! ¡Hasta pronto! 😊