El paso del tiempo produce continuamente cambios en nuestro alrededor. Por supuesto, en la arquitectura esto no podía ser menos y principalmente en las antiguas construcciones es dónde más podemos observar este elemento. Las diferentes etapas artísticas se sobreponen unas a otras, dando como resultado numerosas obras patrimoniales que podemos disfrutar a día de hoy.
Aunque hay numerosos ejemplos en toda la región, una de las obras que más me han sorprendido durante mi estancia en Flandes es la Basílica de la Santa Sangre en Brujas. Esta basílica está situada en ‘Burgplein’ una de las principales plazas de la ciudad donde también podemos encontrar el ayuntamiento.
Esta edificación está compuesta en dos capillas diferentes:
- Capilla de San Basilio – Estilo románico
Construida a mediados del siglo XII, la capilla es la única Iglesia de estilo románico que encontramos en la región occidental de Flandes. Esta iglesia formada por dos naves paralelas se caracteriza principalmente por sus muros masivos de piedra gris.
Interior de la capilla de San Basilio
Así mismo, es fácil identificar otras características típicas de este estilo al observar las bóvedas de aristas que cierran las estancias así como los arcos de medio punto de los muros cercanos al ábside. Todo ello sumado a la oscura atmósfera que encontramos en la iglesia, no es difícil sentirse trasladado a la época medieval,
- Capilla de la Santa Sangre – Estilo gótico y neogótico
Si accedemos a la parte superior de esta basílica a través de una gran escalinata podremos encontrar la capilla que alberga la reliquia de la ‘Santa Sangre’. He de reconocer que en cada una de mis visitas a la ciudad esta capilla ha sido siempre una parada imprescindible en mi recorrido para dejarme deleitar de nuevo por sus interiores tan únicos y característicos.
Interior de la Capilla de la Santa Sangre.
Aunque originalmente esta capilla fue concebida en estilo románico al igual que la de San Basilio, en el siglo XV acabó sucumbiendo a los paradigmas de la arquitectura de la época y sufrió una renovación casi por completo de estilo gótico.
De la misma manera que la capilla de San Basilio, la de Santa Sangre consta principalmente de dos naves paralelas entre ellas. De hecho, el único vestigio de su pasado románico lo encontramos en los arcos de medio punto que separan una estancia de la otra.
No obstante, los característicos murales que decoran las paredes y que crean esta atmósfera única en la capilla no se realizarían hasta la última gran renovación de estilo neogótico que sufrió la iglesia durante el siglo XIX.
Cristaleras góticas de la capilla
Otra de las principales características de este movimiento artístico que se introducen en esta renovación son gran parte de las vidrieras que decoran las aperturas del coro, representando a los diferentes soberanos del condado de Flandes hasta esa época.
Como veis, la Basílica de la Santa Sangre sorprende de principios a fin, y por ello no podéis perderos esta parada en vuestra visita a una de las ciudades más bonitas de la región.
¡Nos leemos pronto! Tot ziens!
Merci