Cuenta una antigua leyenda flamenca que, en tiempos de ocupación romana, Minna era una hermosa joven que estaba enamorada de Stromberg, un guerrero de una tribu vecina. El padre de la joven, en desacuerdo con su amor, le buscó un esposo de su misma condición social. La chica estaba tan desesperada que, una noche, escapó de casa corriendo hacia el bosque de robles de las afueras de la ciudad. Pocas horas después, Stromberg se enteró de la desaparición de la joven y corrió desesperado a buscarla. Amaneció al día siguiente y no lograban encontrar a Minna, hasta que unas horas después Stromberg logró dar con ella. Pero ya era tarde, pues Minna murió de agotamiento entre sus brazos. El joven, desconsolado, decidió enterrarla en ese mismo punto e inundar su tumba rompiendo un dique, dando lugar al lago que lleva su nombre.
Desde ese día, el lago es conocido como Minna y el puente junto al lago se considera el puente del amor en su honor.
Por esta razón, se dice que, si cruzas el puente y besas allí al amor de tu vida, se convertirá en amor eterno.
¿A qué esperas?