Bruselas lleva un ritmo frenético y los jóvenes artistas rebosantes de talento no para de crear. Con este ritmo de vida, cada semana nuevas exposiciones se inauguran en cualquier local disponible, haciendo que la vida cultural de esta ciudad no te deje respirar ni un segundo. Y eso, en el fondo, me encanta.
Entre el Boulevard Lemmonier (Lemmonierlaan) y la Rue des Ursulines (Ursulinenstraat) hay varios espacios y galerías en los que diseñadores gráficos, creativos, pintores y artistas en general enseñan sus obras a todo aquel que le pique la curiosidad y tenga ganas de conocer cosas nuevas.
El epicentro de todas estas exposiciones bien podría situarse en Recyclart, una antigua estación de tren ahora reconvertida en un espacio multiusos para la subcultura. Aquí se puede asistir a conciertos, proyecciones de documentales, performances y conferencias incluso. Con una agenda cargada de eventos, y un original bar en el que se pueden degustar platos de diversos países, este centro artístico underground congrega a gente de todo tipo y más aún por las noches, cuando suelen preparase unas buenas fiestas para aquellos amantes de la música electrónica, dubstep y el reggae aunque es bastante difícil clasificarlas, ya que es una mezcla de estilos la mayoría de las veces. Eso sí, no paras de bailar. Recyclart, inclasificable o no, creo que no hay otro sitio en Bruselas en donde se sientan tan de cerca los trenes que cruzan la ciudad. Literalmente pasan por encima de tu cabeza. Toda una experiencia.