El tema del post de hoy es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados pero considero que es importarte dedicarle unas palabras.
Estos últimos días que nos están tocando vivir, tan incomprensibles, tan dolorosos y tan irracionales, no podemos quedar callados.
Numerosas manifestaciones desde todos los ámbitos de la cultura flamenca y toda Bélgica se han sumado a la condena unánime contra la sinrazón de la guerra en Ucrania.
Hoy ha tenido lugar en mi ciudad, Lovaina, una manifestación contra la guerra de la que me siento muy orgulloso de decir que acudió mucha gente.
Me uno sin duda alguna, a estas manifestaciones de dolor y al grito unánime de todos mis colegas músicos y de todos los ámbitos de la cultura pidiendo el cese de las hostilidades y la vuelta a la racionalidad.
Muchos artistas flamencos, y de toda la región belga, se han sumado a mostrar su solidaridad con el pueblo ucraniano.
Famosas orquestas flamencas como la Antwerp Symphony Orchestra o la Orquesta Nacional de Bélgica han hecho minuto de silencio antes de sus conciertos. Incluso, esta última, está realizando una serie de conciertos tocando repertorio del famoso compositor ruso, Dimitri Shostakovich, conocido por sus sinfonías que representan su inconformidad, desacuerdo y condena a todos los actos de violencia y agresión producidos por los Tsares rusos de su época, lo cuál está ampliamente relacionado con la guerra actual.
Y en este post, quiero hacer también mención especial a algunos raperos rusos que, desafiando las prohibiciones de su país y a su propio miedo, condenan abiertamente la agresión militar contra Ucrania. El popular Oxxxmiron , llama abiertamente a la guerra “una catástrofe y un crimen” y canceló toda su gira como protesta. También la banda punk Pussy Riot realizó fuertes críticas a Putin y se puso inmediatamente a recaudar dinero para organizaciones de ayuda a Ucrania.
Con este post quiero aportar mi granito de arena desde la región de Flandes en apoyo al pueblo ucraniano, demostrando una vez más como la música y la cultura son un lenguaje internacional de paz, de unidad y de fraternidad por encima de intereses particulares.